CENTRO ÓPTICO DE CANDELARIA
CENTRO DE VISIÓN INTEGRAL 922504832 centroopticocandelaria@gmail.com

Visión infantil

CENTRO ÓPTICO DE CANDELARIA.
EDUCACIÓN E HIGIENE VISUAL



Nacemos con dos ojos, dos retinas, dos cristalinos, dos juegos completos de músculos intra y extraoculares y la capacidad de ver. Todo ello es un regalo de nuestro ADN, es decir, es la carga genética que se transmite de generación en generación.
El ojo, es el órgano que más tardará en desarrollarse completamente. Podemos hablar de un ojo totalmente maduro fisiológicamente a los 8-10 años de edad.Consecuentemente, nuestros ojos irán evolucionando desde el momento en que nacemos hasta esa edad en un mundo único para cada individuo.
Entenderemos pues, que el entorno de cada persona juega un papel decisivo en el correcto desarrollo de nuestros ojos y por lo tanto, de nuestra visión. En plena era tecnológica, se sobrecarga el sistema visual de niños muy pequeños y las consecuencias son catastróficas para el desarrollo natural de sus ojos. El sistema educativo actual fuerza a que unos ojos totalmente inmaduros tengan que adaptarse a unas tecnologías para los cuales aún no están preparados. Si a ello sumamos todos los aparatos electrónicos que los rodean en su día a día, nos daremos cuenta que su mundo se reduce a una distancia no superior a uno o dos metros durante al menos 8 horas de las 14 que permanecen despiertos.


CÓMO AFECTA LA TECNOLOGÍA A LA VISIÓN INFANTIL
La mayor fuente de luz azul violeta es el sol. Todos sabemos que nunca se debe de mirar directamente al sol bajo riesgo severo de ceguera. Pero ¿qué pasa con la luz azul violeta emitida por los dispositivos electrónicos? ¿Cómo afecta esta luz tan potente a los ojos de los más pequeños?
Tal y como ocurre con la la luz solar,  el área central (epitelio pigmentario) de la retina se ve afectada por la luz azul violeta aunque evidentemente a menor escala. Cuanto más cerca esté el dispositivo mayor es la exposición a la radiación en unos ojos inmaduros que aún están desarrollando los filtros necesarios para bloquearla. 
Asímismo el uso de móviles o tablets antes de acostarse, produce insomnio en 8 de cada 10 casos. La luz azul turquesa, englobada en el espectro de luz azul, indispensable en nuestra vida, es la responsable de "despertar" a nuestro cerebro. Entenderemos pues, que una exposición a la luz azul antes de acostarnos alterará nuestro ritmo circadiano (ciclos de sueño y vigilia).
En el desarrollo normal de un niño, las horas de sueño son importantísimas. Es durante la fase profunda del  sueño (ondas Delta) cuando se libera la hormona de crecimiento, así que nos podemos hacer una idea de cómo el insomnio afectará al desarrollo y crecimiento normal de los más pequeños si el descanso es insuficiente.


POSTURAS Y BUENOS HÁBITOS EN LA VISIÓN INFANTIL
Ambos ojos necesitan estar absolutamente equilibrados y trabajar al unísono para madurar con normalidad y rendir de forma óptima sin producir agotamiento. Las posturas en este punto son fundamentales. La iluminación y tipo de luz, distancia de trabajo, pautas de descanso, posición corporal, coordinación ojo mano, marcarán la diferencia entre un sistema visual sano a otro que degenerará en miopías y astigmatismos inducidos, anisometropías,dolores de cabeza y cuello, bajo rendimiento, sueño, dolor de espalda, cansancio y en casos más graves en ojo vago.
Debemos entender que nuestra prioridad es la de minimizar los riesgos de los dos tipos de fatiga visual; la muscular ( producida por malas posturas, exceso de horas focalizando en un mismo plano y distancias inapropiadas), y la fatiga retiniana derivada de la luz azul violeta en nuestro epitelio pigmentario.
No se trata de dar la espalda a la tecnología que nos rodea,sino de educar a los más pequeños para que usen dicha tecnología de forma coherente y prevenir problemas visuales en su futuro.
LATERALIDAD CRUZADA Y  TDHA

Existe la creencia o la costumbre, de vincular la lateralidad cruzada con los transtornos de déficit de atención e hiperactividad. Nada más lejos de la realidad. Aunque pueda parecer que la falta de atención es un factor predominante en ambos casos, no existe la impulsividad ni hiperactividad que caracteriza a la TDHA en la lateralidad cruzada.
Consecuentemente son dos diagnósticos bien diferenciados y como tales, deben de ser tratados de distinta manera.
Existe la posibilidad de que un niño con TDHA tenga también una lateralidad cruzada, con lo que empeoraría aún más su transtorno, pero como hemos comentado anteriormente son claramente diferentes..
La velocidad de lectura, viene determinada por unos movimientos oculares llamados sacádicos. En un sistema visual equilibrado, un niño de 8 años debe de ser capaz de leer 150 palabras por minuto, con 11 años aumenta a más de 210 con una correcta comprensión lectora.


Si hay un desequilibrio visual, la velocidad de lectura cae por debajo de 160 palabras por minuto.Aparece el fracaso escolar, la baja autoestima y el consecuente abandono. Asímismo, si toda la información recibida por cada ojo por separado no se coordinara correctamente, se produce una distorsión de la percepción visual. En este punto, el niño empieza a confundir palabras y letras, una"d" por una" b", "la" por "al"," mi" por" im", "9" por "6", etc.
Lo mismo ocurre cuando un niño no tiene una lateralidad definida. Si la dominancia de ojo, mano y pie de un individuo es diestra o zurda y está bien asentada, por lo general no habrán problemas. Por el contrario si la dominancia motora ocular es derecha y la mano-pie es zurda, aparecerá lo que llamamos lateralidad cruzada. No existe una integración corporal normal y surgirán los problemas descritos anteriormente.
Hoy en día, nos encontramos con una serie de "profesionales", que mezclan los transtornos de déficit de atención y la lateralidad cruzada, intentando-en primer lugar-modificar la dominancia motora de la mano y hasta en algunos casos, sugieren modificar la dominancia ocular para mejorar los síntomas de dichos trastornos. Esto es una auténtica BARBARIDAD. La clave está en guiar al niño en su proceso de aprendizaje con las herramientas que posee de forma natural, es totalmente contraproducente intentar modificar la dominancia a la fuerza, es decir, debemos agilizar la coordinación ojo mano con terapias que  asienten la lateralidad y que minimizen la distorsión de la percepción visual. Sólo así, conseguiremos una correcta integración escolar. Nunca debemos de nadar a contracorriente en este aspecto.

En nuestro Centro, un optometrísta clínico especializado analizará minuciosamente, tanto el sistema visual como el entorno del niño, dándole las pautas de hábitos visuales correctos, asentará la lateralidad natural del paciente y reestructará el sistema visual mediante una serie de terapias personalizadas, mejorando no sólo la velocidad de lectura (movimientos sacádicos), así como la comprensión lectora hasta conseguir el equilibrio binocular óptimo y la integración corporal adecuada.